CineVerdict: La memoria infinita

La memoria infinita

VERDICT: El devastador impacto de la enfermedad de Alzheimer en una pareja se convierte en una crónica que cautiva y conmueve en las hábiles manos de la documentalista Maite Alberdi.

El documental La memoria infinita, de la directora chilena Maite Alberdi, ha ganado una cascada de premios, desde el Gran Premio del Jurado al Documental Internacional de Sundance hasta un Premio Goya en España; ahora está nominado para el Oscar 2024 en la categoría de Mejor Documental.

Alberdi se destaca por levantar el velo de la invisibilidad para revelar la fragilidad y también el valor de personas que pocas veces vemos en su intimidad. Es el caso de Los niños (2016), centrado en adultos con síndrome de Down, o el divertido La once (2014), donde captó la camaradería de las amigas de su abuela, o el excelente El agente topo (2020), en el que un anciano detective voluntario entra en una residencia de ancianos para destapar supuestos abusos. El agente topo también fue nominado al Oscar al mejor largometraje internacional.

La memoria infinita sigue la vida de una pareja que lleva juntos más de 20 años, Paulina Urrutia y su marido Augusto Góngora. Ambos son muy conocidos en Chile. Ella es actriz y fue Ministra de la Cultura y las Artes durante el mandato de la Presidenta Michelle Bachelet, entre 2006 y 2010. Él fue periodista, escritor y reportero de noticias que grabó vídeos clandestinos durante la dictadura de Pinochet, arriesgando la represión para registrar los abusos y la pobreza infligidos por el régimen militar.

El rodaje comenzó después de que le diagnosticaran Alzheimer a Góngora a los 62 años, y la calidez y el afecto de la pareja hacen que el espectador empatice con ellos desde el principio. Alberdi se gana la plena confianza de las personas que retrata, y su acceso a sus vidas nunca parece intrusivo o manipulador, desvelando varias capas de recuerdos: emocionales, personales y políticos.  En las primeras etapas de la enfermedad, los protagonistas viven sus vidas al máximo. Góngora asiste a las representaciones teatrales de Paulina, y a veces participa con ella en el escenario durante los ensayos, mientras sus colegas le acogen con amabilidad.

A veces hay una sensación de alegría forzada en la risa de Paulina, que sondea la memoria de Góngora para ayudarle a recordar sus logros, su familia y sus amigos. Como actriz de cine y teatro y figura pública, uno podría sospechar que Paulina está actuando para la cámara. Cuando finalmente se derrumba, y el habitualmente alegre Góngora pide ayuda desesperadamente, la película nos golpea con toda la fuerza del sufrimiento humano.

Otros cineastas chilenos han documentado los horrores del golpe militar del país y su forzada amnesia histórica con gran impacto, como los documentales de Patricio Guzmán La Batalla de Chile (1979), Chile, la memoria obstinada (1997) y Nostalgia de la luz (2010). El enfoque de Alberdi, en cambio, es íntimo, pero al tiempo que recupera recuerdos personales, logra una resonancia universal al retratar los efectos de una enfermedad cada vez más común a medida que envejece la población mundial.

Un montaje ágil y un buen uso de imágenes de archivo y películas caseras hacen que la película sea menos claustrofóbica, especialmente durante la pandemia del Covid, cuando la pareja estaba confinada en su casa y Paulina se encargaba de grabar su vida cotidiana. La cámara capta momentos de espontaneidad que tienen un valor simbólico, como cuando Góngora huele sus libros con cariño, observa un glaciar derrumbándose en el sur de Chile o mira un eclipse solar, mientras su mente también se va oscureciendo poco a poco. En sus últimos delirios de ansiedad, clama por sus amigos y su madre, y no reconoce a su mujer.

La música juega un papel importante a la hora de situarnos en marcos temporales precisos, o simplemente en llegar a nuestro corazón: desde las baladas cubanas de Silvio Rodríguez o los ritmos del rey del mambo Pérez Prado, a las bachatas del dominicano Juan Luis Guerra, desde el italiano Lucio Dalla a las partituras clásicas, el documental sacude nuestra memoria colectiva para rememorar y sentir nostalgia por los días en que las protestas callejeras inspiraron el retorno a la democracia en Chile y luego se extendieron a toda la región. En la película, el ánimo de Augusto Góngora se levanta cuando baila al ritmo de esas melodías.

Redimido por el perdurable amor entre sus protagonistas, La memoria infinita es un homenaje a dos personas valientes, dispuestas a compartir las alegrías de su vida cotidiana, pero también la angustia infligida por una cruel enfermedad. Góngora murió poco después de terminar la película, y podemos apreciar plenamente su legado, así como los cariñosos cuidados de su esposa, en el conmovedor documental de Alberdi.

Directora, guionista: Maite Alberdi

Productores: Maite Alberdi, Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín, Rocío Jadue

Elenco: Augusto Góngora, Paulina Urrutia

Fotografía: Pablo Valdés

Montaje: Carolina Siraqyan

Sonido: Juan Carlos Maldonado

Música: Miguel Miranda, Jose Miguel Tobar

Productoras: MTV Documentary Films, Micromundo, Fabula

Chile, 2023

En español

85 minutos