CineVerdict: Sobre todo de noche

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Sobre todo de noche, Ana Torrent

VERDICT: El atrevido y excitante debut de Víctor Iriarte, refrescante aún con una historia dolorosa, se estrena en Gionate degli autori en Venecia

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En un momento en el que el cine está lleno de películas de molde, que duran exactamente 90 minutos, en las que el espectador sabe el momento cuando la tensión aumenta, en dónde habrá romance o sexo, quienes son los malos y como termina la acción Sobre todo de noche limpia y refresca el paladar.

No es una comedia o una película fácil, de hecho comienza con un texto del escritor chileno Roberto Bolaño que anuncia “una historia de terror, de un crimen atroz”. Es así pero no el sentido de películas de terror o fantástico, sino de los peores monstruos, los que habitan entre nosotros.

Vera (Lola Dueñas), es una mujer soltera que en su juventud da en adopción a su hijo. Con el tiempo lo busca, simplemente para saber si está bien, sin pretender inmiscuirse en su vida, pero las autoridades españolas le dicen que murió en el parto, y no hay ningún documento relacionado ni con la defunción, ni con su estancia en el hospital. Entonces ella se dedica a buscarlo, con métodos legales, ilegales y dudosos.

Victor Iriarte hizo una transición poco usual en la industria cinematográfica: pasó de programador en un festival prestigiado a director de largometrajes. Antes de eso dirigió cortos y documentales, Sobre todo de noche es su ópera prima.

La historia de Vera está, por desgracia basada en hechos reales. A partir del inicio de la dictadura franquista en España, en 1939 miles de recién nacidos fueron robados a madres solteras, presas políticas, padres con ideas de izquierda o simplemente pobres; fueron entregados -en muchos casos con compensación económica- a padres afines al régimen, que podían o no saber el origen de las criaturas. La práctica, con la participación activa de monjas católicas, duró hasta 1975. La ley de amnistía -apropiadamente apodada “del olvido”, dificultó la posibilidad de un encuentro de las familias. Fue hasta el 2007 con la Ley de la Memoria cuando se empezaron a armar expedientes de los alrededor de 30,000 casos existentes, según el juez Baltasar Garzón.

Sobre todo de noche no es una película experimental, hay una narración casi lineal, con una mezcla de géneros. Esta diversidad hace que la tensión dramática anunciada al principio se relaje, pero también permite la libertad de contar la historia de diferentes maneras, a diferentes ritmos y en las voces de los tres protagonistas Vera la madre biológica, Egoz, (Manuel Egozkue) el hijo y Cora (Ana Torrent), la madre adoptiva. Con poco texto y muchos movimientos Iriarte construye una historia intrigante que duele y sorprende, pero los cambios de ritmo suavizan el golpe. Hay varias declaraciones de principios, algunas puestas en escena muy originales, como cuando Egoz, el hijo hace preguntas a una hipotética madre biológica con voz fuera de cuadro mientras bebe en un bar y al final de un plano secuencia muy largo se le ve bailar sincopadamente. Otras son clásicas, como la pequeña intervención de una anónima empleada de archivo, personificada con sobria excelencia por María Vázquez (Matria).

Las dos madres -biológica y adoptiva- trabajan con las manos; Cora tiene una profesión artística, es pianista. Vera es estenotipista, algo práctico y podríamos decir aburrido; pero si no fuera por la condición de anonimato, de casi invisibilidad que tiene esa profesión Vera no hubiera podido tener las herramientas para encontrar a su hijo. Así, las manos se complementan, las de ellas, su hijo y las de otras personas que hacen ejercicios, tocan el arpa o el piano, muchas manos que se mueven en el trabajo diario, algunas de manera coreográfica.

La narración se alimenta de pequeños detalles, un electroencefalograma, letreros en la carretera, mapas y planos de ciudades que se alargan hasta convertirse en las vetas del mármol o las líneas de la mano.

De manera curiosa la acción va desde Bilbao y San Sebastián en España a Oporto en Portugal. Parece implícitamente involucrar al Gobierno portugués en estos crímenes, a pesar de que hay pocos indicios de ello.

Hay muchas maneras de tratar de sanar heridas históricas en el cine; La historia oficial de Luis Puenzo nos mostró un drama, Kathryn Biguelow hizo una película de acción The Hurt Locker; Pablo Larraín convirtió a Pinochet en vampiro en su sátira en El conde. Víctor Iriarte huyó del melodrama pero no eligió un género, mas bien una mezcla de ellos con muchos guiños. En momentos la narración se acelera y parece thriller pero luego es muy lírica y se acerca a un poema. Hay mujeres que se tiñen de rubio, que visten chaquetas de cuero, botas de tacón para un atraco; una pistola de contrabando en una imprenta, luces de neón, filtros y mascarillas en la cámara atrevida de Pablo Paloma.

En una entrevista con la madre de un bebé robado dice “perdí a mi hijo y si lo encuentro será un hombre adulto al que yo parí, mi hijo está perdido para siempre”. Iriarte con empatía y misericordia le permite a Vera establecer una relación con su hijo que se vuelve cariñosa cuando empieza a ser cómplice. Es el mejor destino que se puede desear para esas relaciones robadas.

Director: Víctor Iriarte
Elenco: Lola Dueñas, Ana Torrent, Manuel Egozkue
Productores: Andrea Queralt, Valérie Delpierre, Isa Campo, Isaki Lacuesta, Tamara García, Katixa Da Silva, Víctor Iriarte
Fotografía: Pablo Paloma
Edición: Ana Pfaff
Música: Maite Arroitajauregi
Sonido:Alazne Ameztoy, Iosu Gonzalez Etxabe
Compañías productoras: La Termita Films,  Atekaleun, CSC Films, Inicia Films, Ukbar Filmes, 4 A 4 Productions
Ventas mundiales: Alpha Violet
En español
107 minutos