La agroindustria es un tema árido, pero es sólo un telón de fondo en la trama en que la fragilidad humana juega su trágico destino en El empleado y el patrón. La realización misma de la película es un ejemplo de las dificultades a las que se enfrentan los cineastas latinoamericanos a la hora de buscar financiación. Sin embargo, la coproducción Uruguay-Argentina-Brasil-Francia, realizada con fondos públicos y privados y actores de cada país, funciona bien como una obra de conjunto firmemente arraigada en la cultura gaucha y en la tierra uruguaya.
Este es el tercer largometraje escrito y dirigido por el cineasta uruguayo Manolo Nieto Zas, y se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes en mayo, antes de cerrar la sección Horizontes Latinos en San Sebastián. Nieto (que anteriormente dirigió La perrera y El militante) sigue explorando aquí las relaciones entre padre e hijo en un entorno hostil que, sin embargo, deslumbra por su belleza, captada en las largas tomas panorámicas del director de fotografía Arauco Hernández Holz, y contrastada con locaciones íntimas en interiores. Ese vasto paisaje hace pequeños a los peones que montan gigantescas cosechadoras mecánicas, reducidos a meros engranajes, como insectos que luchan por sobrevivir en la sombría economía de escala. El guion trabaja en dos líneas que a veces son paralelas y otras se entrecruzan, y la cámara sigue esa dicotomía maravillosamente, como en el plano de un caballo que cabalga por la orilla del río, cuyo reflejo en el agua sigue al jinete como un fantasma.
El macrocosmos de la plantación y el microcosmos del interior de las casas se yuxtaponen sin resultar demasiado obvios ni ser un sermón predecible sobre la lucha de clases, una grata evolución respecto a las películas militantes del pasado. Los personajes están finamente dibujados: el patrón está motivado a veces por buenas intenciones, el empleado a veces por la codicia o la ambición; ambos sienten que están cumpliendo con su deber como hijos y padres; ambos están atormentados por la culpa y despiertan nuestra simpatía y comprensión. El actor profesional argentino Nahuel Pérez Biscayart interpreta de forma convincente al atormentado joven empresario, que intenta complacer y obedecer a su padre, mientras que el recién llegado Cristian Borges está a la altura del desafío con una imponente presencia en pantalla como su tímido y reticente empleado.
La vida interior y las pasiones de los personajes se revelan en un diálogo contenido o en una muda elocuencia a cargo de un reparto que mezcla actores profesionales con intérpretes noveles reclutados en el entorno rural. Esto confiere autenticidad al drama que se desarrolla, en el que la muerte y el sufrimiento explícito se mantienen fuera de cámara, con un uso efectivo del sonido natural y del montaje. El cariño de los dos jóvenes padres, jefe y empleado, por sus bebés, o la mano de un gaucho acariciando con ternura los ijares de un caballo, son elocuentes y preparan los acontecimientos fatalistas que se desarrollan a medida que la historia se vuelve más compleja. Tras un comienzo lento, el ritmo de la película evoluciona y recompensa al espectador más allá de la historia minimalista.
Mientras que el clásico italiano de Giuseppe De Santis Riso Amaro (Arroz amargo) utilizaba trazos épicos para pintar las duras vidas de las mujeres que cosechaban el arroz a mano, en el relato contemporáneo de Nieto la cosecha de soja es mecánica, pero sigue siendo amarga, dada la explotación del peligroso trabajo de los jornaleros, que entregan las cosechas a mercados exigentes y distantes. La dinámica familiar entre marido y mujer, padres e hijos, da más profundidad a la historia de unos personajes atrapados en sus roles, y enfrenta la sencilla vida del cazador que cabalga en silencio con la ruidosa y caótica evasión dentro del bar y el burdel del pueblo. El final es delicado y sutil, mientras la película sigue una carrera de caballos, que culmina en catarsis.
Director, guion: Manuel Nieto Zas
Reparto: Nahuel Perez Biscayart, Cristian Borges, Justina Bustos, Fátima Quintanilla, Jean Pierre Noher
Productores: Manuel Nieto, Barbara Francisco, Georgina Baish, Cecilia Salim, Paola Wink, Michael Wahrmann, Julia Alvez, Nathalie Trafford
Fotografía: Arauco Hernández Holz
Montaje: Pablo Riera
Música: Holocausto Vegetal
Sonido: Catriel Vildosola
Productoras: Roken Films (Uruguay), Pasto Cine (Argentina), Vulcana Cinema (Brasil), Paraíso Production Diffusion (Francia), Murillo Cine (Argentina), Sancho & Punta (Brasil), Nadador Cine (Uruguay)
Ventas mundiales: Latido Films
Muestra: Festival de San Sebastián (Horizontes Latinos)
Representa a Uruguay en el Oscar Internacional 2023
En español, portugués, francés
106 minutos