Cine Verdict Yana Wara

Yana Wara

Kathleen McInnis

VERDICT: La propuesta del Perú al Oscar Internacional es una conmovedora denuncia contra la violencia de género sufrida por una niña indígena aymara, atormentada por espíritus malignos, en una historia ambientada en el hermoso y desolado altiplano andino peruano.

Yana Wara, la candidata peruana al Premio Internacional de la Academia del 2025, sigue la vida solitaria de una joven aymara que sufre una terrible acumulación de desgracias en el transcurso de la película. Al perder a sus padres, vive con su bienintencionado abuelo, Evaristo. La película explora la influencia de los espíritus malignos y como la cultura ancestral aymara mantiene viva y resistente a la comunidad en un entorno hostil.

El nombre de la niña, Yana Wara, significa Estrella del amanecer, y su comunidad vive en la remota región de Conduriri, en el altiplano de los Andes, dejándola vulnerable y aislada. A pesar de las tragedias que marcan su nacimiento y su infancia, pasa sus días apaciblemente, tejiendo y atendiendo tareas domésticas y a su rebaño de llamas en el majestuoso paisaje de los Andes del Perú.

Los actores no son profesionales sino residentes locales, liderados por la impresionante Luz Diana Mamani, que a los 13 años ofrece una actuación desafiante pero convincente como una niña abusada que va descendiendo hacia una muda locura. Su abuelo es interpretado por Cecilio Quispe con una ternura estoica. Su rostro, arrugado y marcado por el viento, enmarca sus ojos expresivos. La cinematografía, en austero blanco y negro, realza la calidad atemporal de la historia. El diálogo es mínimo, pero reiterativo hasta el punto de sonar más como invocaciones, especialmente durante las escenas del juicio que abre y cierra la narrativa, donde se dispensa justicia comunitaria. Los papeles secundarios también son interpretados por actores no profesionales que residen en la misma región, lo que da a la historia mayor intensidad y autenticidad.

Inicialmente la película fue dirigida por Oscar Catacora, quien escribió el guion y dirigió la cinematografía hasta su trágica muerte poco después de comenzar el rodaje. Murió de apendicitis aguda a la edad de 34 años mientras filmaba Yana Wara en el remoto lugar de Conduriri, lejos de cualquier servicio médico. Su tío Tito Catacora se hizo cargo del proyecto y lo completó, siguiendo el guion de su sobrino. Tito Catacora había colaborado con Oscar en sus películas anteriores, entre ellas la exitosa Wiñaypacha (2017) y el documental Pakucha (2021). La muerte prematura de Oscar pareciera ser una premonición de los acontecimientos que se desarrollan en la trama: los padres de Yana Wara mueren, y también su hijo nonato. La historia revela lentamente las causas y consecuencias de tales calamidades.

Sin embargo, la película sobrevivió a la muerte de Oscar y el resultado es una obra que impacta emocionalmente, contada a través de una serie de cuadros dramáticos, y hablada enteramente en el idioma originario aymara. No hay música añadida, y la banda sonora se vuelve más significativa con su diálogo escaso, los inquietantes sonidos del viento en el altiplano andino, y las misteriosas maldiciones o risas que el espíritu maligno, conocido como Anchunchu, que la niña aterrorizada oye dentro de una caverna. Los aldeanos actúan como un coro griego, a veces observando silenciosamente el río que fluye, otras veces uniéndose al castigo impuesto al culpable.

Uno de los pocos signos de “modernidad” es la escuela de la aldea, donde el maestro impone castigos violentos e inflige daños irreversibles a Yana Wara. La sala de clase exhibe en su pared una frase que se utilizaba antiguamente para justificar los castigos corporales en las escuelas: “La letra con sangre entra.”

La frase es también el título de una de las pinturas de Francisco Goya – de la década de 1780, que representa un azotamiento a alumnos en un aula. La cinematografía de Yana Wara recuerda al implacable estilo claroscuro de Goya. El choque cultural se introduce inicialmente a través de la banda sonora: la vida tranquila de los pastores de llamas es interrumpida por el rugido de una motocicleta que lleva al maestro a sus estudiantes-víctimas. Su ropa y su prominente reloj de pulsera lo definen como un extraño en la comunidad indígena, en contraste con el vestido tradicional de las familias que llevan a sus hijos a la escuela esperando que aprendan habilidades útiles.

Los cineastas peruanos se han centrado principalmente en historias urbanas, a veces adaptadas de novelas del premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa, como La ciudad y los perros de Francisco Lombardi (1985), o La fiesta del chivo de Luis Llosa (2005, ambientada en la República Dominicana). Poco a poco, los cineastas e historias de los pueblos originarios aparecen con mayor frecuencia, a pesar de que el cine peruano exhibe principalmente las comedias llenas de acción al estilo Hollywood. Las culturas aymara y quechua han aparecido en algunas películas destacadas a lo largo de los años, desde la película boliviana Sangre del cóndor (1969) hasta la reciente película Utama (2022). El público parece estar ahora más dispuesto a aceptar narrativas que las incluyan.

El guionista nativo americano Sherman Alexei (Smoke Signals, 1998) escribe: “Siempre es ahora, eso es lo que es el tiempo indígena. El pasado, el futuro, todo envuelto en el ahora.”  Esa premisa ayudará a los espectadores de Yana Wara a acompañar la larga agonía de la niña, la desgarradora decisión de su abuelo y el severo juicio de la justicia comunitaria. Con ayuda de la “suspensión de la incredulidad” de Brecht, tal vez podamos emerger ilesos y con una mejor comprensión de los abusos sufridos por las comunidades indígenas en remotas regiones andinas.

Directores: Oscar Catacora, Tito Catacora
Guionista: Oscar Catacora
Reparto: Luz Diana Mamami, Cecilio Quispe, Juan Choquehuanca, Irma Percca, Jose Calisaya
Sonido: Diego Julca
Productor: Tito Catacora
Fotografía: Julio González, Oscar y Tito Catacora
Edición: Tito Catacora
Dirección artística: Hilaria Catacora
Productoras: Cine Aymara Studios
Contacto de prensa: Kathleen McInnis, See-Through Films LLC
Perú, 2024
En aymara
104 minutos