CineVerdict: Zafari

Zafari

VERDICT: Cuando la despensa está vacía, una familia de clase media en un país latinoamericano sin nombre, primero pasa hambre y luego se vuelve salvaje en 'Zafari'. La espeluznante fábula distópica de Mariana Rondón hará que los espectadores no quieran cenar.

Trad. Patricia Boero

Productores de Perú, México, Francia, Brasil, Chile, República Dominicana y Venezuela se unen en Zafari, una increíble coproducción entre 7 países centrada en un hipopótamo que llega para animar un zoológico despoblado, mientras a su alrededor los seres humanos pasan hambre. Las ironías son fuertes, pero las opciones que enfrentan los personajes son incluso más sombrías – saquear para comer o salir del país. La coguionista y directora Mariana Rondón, ganadora de la Concha de Oro de San Sebastián en 2013 por su drama Pelo Malo, vuelve al festival en la sección Horizontes Latinos con esta desgarradora fábula que pone al descubierto la situación de pobreza extrema, el hambre y la violencia que han obligado a tantas familias a abandonar sus hogares y buscar una vida fuera de su país.

El aire de irrealidad que envuelve a los personajes no puede ocultar lo cerca que están estos horrores de la vida real. Aunque el país nunca se nombra, parece más obvio que sea Venezuela, donde la ONU ha informado recientemente que el 82% de la población vive en la pobreza y el 53% en la extrema pobreza, sin suficiente comida para comer. Como resultado, casi 8 millones de venezolanos han huido del país. Pero Honduras, Nicaragua y El Salvador, que también aportan numerosos solicitantes de asilo a los Estados Unidos, no están muy lejos en problemas económicos. Zafari no es una película de tesis social – aunque algo tiende hacia el horror incómodo y los miedos a lo que se encuentra detrás de las puertas cerradas de apartamentos vacíos, donde se escuchan ruidos extraños – la visión de Rondón de su país natal, en declive social, económico y político, ofrece una oportuna mirada hacia un desastre del que muchos prefieren alejarse.

Ana (la actriz chilena Daniela Ramirez) y Francisco (el venezolano Francisco Denis) viven con su hijo (interpretado por Varek La Rosa como un adolescente impenetrable y egocéntrico) en un edificio de apartamentos bajo, elegante y moderno, insertado en la selva tropical. Su principal orgullo es una gran piscina comunitaria que ninguno de los rascacielos vecinos, más modestos, tienen. Para estos propietarios de clase media, la lucha comienza por el derecho a utilizar la piscina por sus vecinos de clase más baja.

Francisco, un hombre nervioso e inherentemente débil, observa con rabia la invasión de la “plebe” a través de sus prismáticos. Él marcha a su familia hacia la piscina para un enfrentamiento que termina, como un boomerang, en sonrisas avergonzadas. En un peligroso acto de demagogia política, parece que un funcionario municipal ha encargado a los pobres Romero el cuidado y la alimentación de un enorme hipopótamo que acaba de ser trasladado a un zoológico cercano; por lo tanto, tienen influencia y sus deseos deben respetarse. En una divertida concesión, las familias acuerdan compartir la piscina. Y sus hijos se llevan fabulosamente bien.

Mientras tanto, no todo está bien en la ciudad. Violentas pandillas de motociclistas corren carreras, sin ser vistos, cerca del edificio. Los apagones continúan prolongándose por semanas y hay tan poca agua (la mayor parte se va en llenar la piscina) que Ana necesita llenar contenedores de una fuente exterior. Nadie tiene trabajo y no hay comida en la casa. Y todos sus vecinos de buena posición están empacando lo esencial y yéndose del país. Ana recoge sus llaves en nombre de la “asociación de propietarios”; más tarde, ella hurga en los armarios a pesar de sentirse culpable, para encontrar cualquier cosa comestible, en una desesperación creciente. Está delgada por la desnutrición y la comida se ha convertido en una obsesión.

Rondón restringe la acción a un puñado de apartamentos, la piscina exterior y, poco más allá de una invisible barrera, una parte fangosa del zoológico donde el absurdamente superfluo hipopótamo disfruta de su propia piscina. Al principio le dan una generosa dieta de sandía y verduras; más tarde los Romero dejan de alimentarlo. Una astuta madre, con los pies en la tierra (interpretada con humor por Samantha Castillo de Pelo Malo), que a veces hace trueques con Ana, le da tres rodajas de sandía y le aconseja que retire las semillas y las prepare a la parrilla: así sabe como carne.

Directora: Mariana Rondón
Guionistas: Mariana Rondón, Marité Ugás
Reparto: Daniela Ramirez, Francisco Denis, Samantha Castillo, Claret Quea, Juan Carlos Colombo, Varek La Rosa, Beto Benites, Ali Rondon
Productores: Marité Ugás, Cristina Velasco, Juliette Lepoutre, Rafael Sampaio, Giancarlo Nasi, Sterlyn Ramirez, Mariana Rondón
Fotografía: Alfredo Altamirano
Edición: Isabela Monteiro de Castro
Música: Pauchi Sasaki
Sonido: Lena Esquenazi
Compañías Productoras: Sudaca Films (Perú), Paloma Negra Films (México), Still Moving (Francia), Klaxon Cultura Auiovisual (Brasil), Quijote Film (Chile), Selene Films (República Dominicana), Artefactos SF (Venezuela)
Ventas mundiales: Feelsales (España)
Lugar: Festival de Cine de San Sebastián 2024 (Horizontes Latinos)
En español
100 minutos