CineVerdict: El lugar de la otra

En los años cincuenta ocurre un asesinato en pleno comedor del más elegante hotel de Santiago de Chile; es un crimen pasional, Maria Carolina Geel (Francisca Lewin) le dispara cinco veces a su amante de muchos años. Una secretaria del juzgado a cargo del caso Mercedes (Elisa Zulueta) se obsesiona con Carolina desde que la ve salir del lugar del crimen. El juez, jefe de Mercedes, la envía a recoger efectos personales al departamento de la homicida. Mercedes/Mecha/Mechita como es llamada indistintamente sin que ella proteste o elija, vive con su marido y dos hijos adolescentes en una vivienda atestada, haciendo el papel de esposa, madre, empleada doméstica y consultora fotográfica sin reconocimiento por ningún puesto .Cuando entra al departmento de Carolina conoce un espacio diferente a todo, no sólo por el lujo, ropa, joyas y maquillaje sino porque es de de una mujer y no lo comparte con nadie. Mercedes empieza poniéndose un poco de perfume, pintándose los labios, pero se queda con las llaves del departamento y poco a poco se va adueñando de ese lugar en donde encuentra paz y tranquilidad que no tiene en su casa.

El lugar de la otra no es un caso de sustitución de personalidad tipo El inquilino de Polanski (1976). Mercedes no busca meterse en la psiquis de Carolina, no explora los motivos del crimen o la relación que llevaba con su amante, o con su hijo o con el exmarido. Mercedes, como aparece en la película, quiere tener ese lugar físico con todo y el guardarropa. Mercedes ve, tal vez por primera vez, que hay otra vida posible para una mujer, pero no quiere mejorar la suya, simplemente usurpar una que ya está arreglada.  Nunca reflexiona que la diferencia de la vida y el trato que recibe Carolina no es cuestión de educación o decisión personal; en los cincuenta y en el Siglo XXI en América Latina tiene relación con la solvencia económica, misma que ella no tiene.

Maite Alberdi llega a la competencia de San Sebastián con un gran currículum como documentalista. Sus obras El agente Topo y la Memoria Infinita compitieron por el Oscar y ganaron muchos premios en América Latina y España. El lugar de la otra está producida por Pablo Larraín, el más exitoso director chileno de su generación. Pero la película está producida por Netflix, que -aunque ha apadrinado grandes producciones- tiende a uniformar sus contenidos. Las plataformas están teniendo un gran impacto en el cine de América Latina, aumentando la produccción y empleando a una gran cantidad de técnicos y directores. Sin embargo este no es un caso como Roma en el que un director muy famoso ganador del Oscar como Alfonso Cuarón hace una película personal que es distribuida en todo el mundo. O como El conde del mismo Pablo Larraín que pudo filmar en blanco y negro con mucha libertad.

Tal vez esa sea la razón por la que la directora no explora las muchas posibilidades del guión. No sabemos la motivación para un asesinato planeado y ejecutado con cuidado, ¿por qué en ese lugar?, ¿por qué quería ser castigada? Esas son las cuestiones que deberían intrigar a la que ocupa su lugar. Es posible que Netflix haya restringido la aparición de una aventura amorosa, que se antojaba fácil y muy atractiva. Sobre todo, por qué el marido – retratado como un macho que le quitado a Mercedes todo su espacio e incluso las cámaras regalo de su padre- dice simplemente “este no es tu lugar, vuelve a casa” en un tono muy comprensivo. La situación era para un terminante “vuelve ahora o no vuelvas más”.

La asesina, en la vida real, fue condenada a menos de dos años de cárcel y luego indultada por el presidente de Chile ante la intervención de la Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral. Un caso en el que indulto parece peor que la condena, como si las mujeres no pudiéramos ser homicidas en toda la regla.

Compañía productora: Fabula (Chile)

Distribución:  Netflix (España)